La rosa

La rosa parecía hecha de puro cartón, seguía en las manos de quien no merecía...

La rosa era vendida como una puta barata, la rosa entonces era quien decidía con quien marchitarse.

La rosa seguía su camino sin andar, solo era llevada por los lugares oscuros y siniestros, no pedía ser cortada, no pedía ser regada.

La rosa sin embargo seguía viva, la rosa no comprendía cual era la diferencia entre morir y vivir.

La rosa soltaba poco a poco veneno por las espinas, la rosa se negaba a sentir el sol.

La rosa entonces lloró, por primera vez utilizó la lluvia como lágrimas, porque la rosa quería llorar por primera vez.

Entonces la rosa se cansó de llorar y retiro uno por uno de sus pétalos, porque la rosa ya no quería llorar con la lluvia, ni crecer con el sol.

La lluvia entonces dejó que la rosa tomara una forma nueva, una rosa nueva, distinguida y rosa.

La rosa encontró por fin en donde sembrarse, pero la rosa sabía perderse, la rosa sabía ser sabia.

La rosa se hizo uno con el viento, esta vez el viento se encargaría de secarle por última vez, la rosa era feliz... por fin podía marchitarse en paz.

Pero la rosa entonces se sembró.

La rosa entonces maduró.

La rosa perdió su color rosa... la rosa entonces ya no tenía espinas.

La rosa entonces se perdió.

La rosa entonces tendría que esperar mucho más tiempo en marchitarse.

Luego entonces la rosa marchitó.